Evaluación
- RaquelBrm
- 19 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Decide cómo quieres evaluar a tus alumnos
La ley nos obliga a evaluar a nuestros alumnos, debemos saber si han adquirido las competencias estipuladas por la ley y también debemos conocer si han aprendido los conocimientos que marca la legislación vigente.
Ahora bien, el cómo decidamos evaluarlos es decisión nuestra. Por lo que tenemos que emplear métodos de evaluación que nos aseguren que el aprendizaje ha sido real y que se mantendrá en el tiempo.

La última reflexión de este blog la dedicaremos a hablar de la Evaluación y de las diferentes metodologías de evaluación.
Los métodos de evaluación más tradicionales, que pasan por largos exámenes, donde el alumno tiene que plasmar sobre una hoja los conocimientos adquiridos, no prueban que el conocimiento haya sido real y lo más importante que se vaya a mantener en el tiempo. Las últimas investigaciones han demostrado que estos exámenes no son realmente eficaces, ya que se basan en un aprendizaje memorístico, y que una vez realizada la prueba, muchos de los conceptos adquiridos son olvidados por el alumnado, con lo cual el aprendizaje no se mantiene en el tiempo. Además muchas veces estos exámenes provocan en los alumnos ansiedad y estrés, repercutiendo negativamente en el rendimiento de alumnos que, evaluados de otra forma tendrían un rendimiento académico mucho mas brillante, satisfactorio y positivo.
Si abogamos por implantar nuevas metodologías en las aulas, innovadoras, que favorezcan la implicación del alumnado, lo conviertan en el protagonista del aprendizaje y fomenten la motivación extrínseca de los discentes es igualmente necesario utilizar técnicas de evaluación novedosas, alejadas del modelo de examen tradicional, que nos den información veraz sobre el aprendizaje real de nuestros alumnos.
Hemos comenzado la entrada, resaltando la obligatoriedad de evaluar a los alumnos, puesto que la ley así lo dispone. Pero, no solo debemos evaluar a los alumnos porque sea una obligacionista impuesta por la ley, como docentes debemos conocer en qué grado nuestros alumnos han asimilado tanto conocimientos como se han formado en las competencias que establece la ley. Ahora, es decisión del docente hacer de la evaluación un proceso donde el alumnado disfrute, se divierta y se motive, para enfrentarse a las evaluaciones con una actitud positiva que vaya en pos del aprendizaje y nunca para que sirva de detrimento.
Si bien, tenemos que ser conscientes, que la evaluación, en caso de ser negativas, siempre deben servir como un aprendizaje tanto a alumnado como a docente para descubrir posibles fallos que se hayan producido durante el proceso de aprendizaje de los alumnos.

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